El pasado viernes, el grupo de alumnos del Centro de Nuevas Oportunidades de la Escuela de Segundas Oportunidades, participaron en un taller de castellers organizado por los Marrecs de Salt. Esta actividad ha sido una oportunidad única para los jóvenes de trabajar diversas competencias clave que les serán muy útiles a lo largo de su vida.
Durante el taller, los participantes aprendieron y practicaron la construcción de castells, una tradición catalana que requiere una estrecha colaboración entre los miembros del grupo. Esta experiencia permitió a los jóvenes desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, la cohesión y la superación personal, todas ellas esenciales para conseguir sus objetivos personales y profesionales.
Los castells, más allá de ser una manifestación cultural, son una potente metáfora de la colaboración y la confianza mutua. Cada miembro del grupo tiene un papel fundamental y todos dependen unos de otros para conseguir el éxito común. Así, los alumnos han tenido oportunidad de vivir en primera persona los valores de la cooperación y la responsabilidad compartida.
Los organizadores del taller, los Marrecs de Salt, expresaron su satisfacción por el entusiasmo y la dedicación mostrada por los jóvenes. "Ver cómo los alumnos se comprometen y trabajan juntos para levantar un castell es increíble. Este tipo de actividades son muy beneficiosas para su desarrollo personal y social", afirmó uno de los responsables del grupo casteller.
Los participantes también valoraron muy positivamente su experiencia. "Ha sido muy divertido y hemos aprendido mucho sobre la importancia de trabajar juntos. Los castells nos han enseñado que, con esfuerzo y ayuda mutua, podemos conseguir cosas que parecen imposibles", comentó uno de los alumnos.
Esta iniciativa se enmarca dentro de los programas educativos de la Escuela de Segundas Oportunidades (E2O) de la Fundación Oscobe, que busca ofrecer a los jóvenes herramientas y experiencias que fomenten su crecimiento. A través de la participación en actividades como ésta, los jóvenes no sólo adquieren nuevas competencias, sino que también refuerzan su autoestima y confianza en sus propias capacidades.